La regla madre: coherencia
3. La regla madre: coherencia
La verdad: Nadie respeta a quien dice una cosa y hace otra. Ni siquiera tú mismo te respetas cuando lo haces. Tu palabra es tu única moneda real.
La Situación
Grupo de WhatsApp de la clase. Viernes, 11:00 AM. Alguien, probablemente el más vago, propone saltarse la última hora de Ética. “Venga, vámonos todos al parque, que el profe no pasa lista”. Empieza la presión de grupo. Emojis de fuego, de risa. “Venga va”.
Dani (El Flexible - Sin Aura): Dani escribe: “Bua, qué va, yo paso de problemas, mis padres me matan si me pillan”. Tres bros le contestan al instante: “Venga ya, cagao”, “No seas soso”, “Siempre igual”. Dani siente el miedo a ser excluido del pack. Le tiembla el pulgar. Dos minutos después, Dani escribe: “Bueno va, venga, si vais todos voy… pero solo un rato”.
Game Over. Dani acaba de perder 50 puntos de aura en directo.
No los ha perdido por querer ir a clase (eso es respetable). No los ha perdido por saltarse la clase (eso es arriesgado, pero es una decisión rebelde). Los ha perdido por Doblarse. Ha dicho A. El grupo ha soplado un poco. Ha cambiado a B.
Tomás (El Sólido - Con Aura): Tomás lee lo mismo. No quiere saltarse la clase hoy. Escribe: “Yo me quedo. Pasadlo bien”. Le presionan: “Venga Tomás, no seas abuelo”. Tomás lee el mensaje. No contesta. Apaga la pantalla y sigue a lo suyo. A la última hora, Tomás está en su sitio.
Qué está pasando aquí
El cerebro humano busca obsesivamente la Predecibilidad. Nos gustan las personas que son “de una pieza”. A eso le llamamos Integridad o Coherencia.
Cuando Dani dice “No” y a los dos minutos dice “Sí” por presión, su señal social cambia drásticamente:
- Antes: “Tengo mis propias normas”.
- Después: “Mis normas son de papel mojado. Vuestra opinión vale más que mi palabra”.
A partir de ese momento, el grupo sabe (inconscientemente) que a Dani se le puede manipular. Solo hay que apretarle un poco. Es un títere. A Tomás, en cambio, se le respeta. Saben que si Tomás dice “No”, es “No”. No gastan energía en presionarle porque saben que es un muro.
Tener aura depende 100% de que tu palabra tenga peso. La gente con aura puede cambiar de opinión, sí, pero lo hacen por nuevos datos (razón), no por presión social (miedo).
Cómo mantener el Aura
La coherencia duele a corto plazo (a veces te quedas solo en clase) pero paga dividendos enormes a largo plazo (nadie te torea).
- Piensa antes de sentenciar: No digas “Jamás haré eso” si no estás seguro. Es mejor decir “No lo sé, tengo que verlo” que prometer y fallar. Tu palabra es sagrada; no la uses en vano.
- Aguanta el “Push”: Hay una ley física social. Cuando pones un límite (“No voy”), el grupo siempre va a testearlo una vez (“Venga va”). Ese test es el momento de la verdad. Si aguantas ese primer empujón sin moverte, el segundo empujón no llega nunca. Te has ganado la etiqueta de “Sólido”.
- Admite el miedo (Honestidad Radical): Si cambias de opinión porque te da miedo quedarte fuera, al menos sé honesto contigo. “Lo hago porque quiero encajar”. No te mientas diciendo “bueno, en realidad me apetece”.
Cierre
Regla de Aura: Si tu “No” se puede convertir en un “Sí” con un poco de presión, tu “Sí” tampoco vale nada. Sé un muro, no una veleta.
Micro-reto (24h - El NO innegociable) Identifica una cosa pequeña a la que quieras decir NO hoy (prestar unos apuntes que necesitas, ir a comprarle algo a alguien, responder a un mensaje ya). Di “No, ahora no me viene bien”. Sin excusas. Sin “es que mi madre…”. Y manténlo a muerte aunque insistan una vez. Siente el respeto que nace en la mirada del otro cuando ve que no cedes.