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Miguel Ángel Ballesteros

Maker, using software to bring great ideas to life. Manager, empowering and developing people to achieve meaningful goals. Father, devoted to family. Lifelong learner, with a passion for generative AI.

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Mantener tu línea aunque pierdas risas

14. Mantener tu línea aunque pierdas risas

La verdad: Si nadie se enfada o se decepciona contigo nunca, es que no eres libre. El respeto se gana cuando estás dispuesto a ser “el soso” por defender tu criterio.

La Situación

Es una tarde aburrida de domingo. El grupo está vagando por el barrio, buscando entretenimiento desesperadamente. Pasan cerca del campo de fútbol donde entrenan los alevines (niños de 8 años). —¡Eh, mirad! —dice Rober, el que siempre tiene ideas “brillantes”—. ¡Vamos a entrar y a quitarles el balón a los enanos! ¡Les hacemos unos regates y nos piramos! ¡Venga, qué risa!

La energía de manada se activa. Es contagiosa. Todos empiezan a reírse y a correr hacia la valla. “¡Vamos, vamos!”. La adrenalina de hacer una travesura tonta les ciega.

Sergio, que iba atrás, se para en seco. Mira a sus amigos corriendo. Mira a los niños de 8 años asustados. Le parece patético. Le da vergüenza ajena. Rober se gira y ve que Sergio no viene. —¡Eh, Sergio! ¿Qué haces, tío? ¡Vente! Todos se paran y le miran. La presión es física. Pesa. —No —dice Sergio, con las manos en los bolsillos—. Yo paso. Id vosotros. —¡Joder, qué soso eres! —le grita Rober—. ¡Siempre igual! ¡Aburrido! —¡Venga ya, abuelo! —se burla otro. Se van corriendo, riéndose de él. Sergio se queda solo, sentado en un banco de cemento frío. Oye sus risas a lo lejos. Durante cinco minutos, se siente excluido. Se siente solo. Una voz en su cabeza le dice: “¿Por qué no has ido? Total, era una broma… Ahora pensarán que eres idiota”.

Pero diez minutos después, los amigos vuelven. La “broma” ha salido mal; el entrenador les ha echado la bronca y no ha sido tan divertido. Vienen sofocados y con mala cara. Al llegar al banco, ven a Sergio. Está tranquilo, mirando algo en su móvil, relajado. Nadie se mete con él. Rober se sienta a su lado. —Bua, qué asco de entrenador… —dice Rober, buscando la validación de Sergio. Sergio solo asiente. En el fondo, todos saben que Sergio ha sido el único que ha mantenido la dignidad.

Qué está pasando aquí

Sergio ha pagado el Coste de Oportunidad Social. Tener aura significa tener Líneas Rojas. Y tener líneas rojas no es gratis. A veces, el precio es que te llamen “soso”, “aburrido” o “aguafiestas”. La mayoría de la gente tiene pánico a esa etiqueta. Prefieren traicionar sus valores y hacer algo que les parece mal (molestar a niños) antes que soportar 10 minutos de exclusión social.

Sergio ha demostrado una fuerza brutal. Ha dicho: “Mi dignidad vale más que vuestras risas de hoy”. Esa capacidad de aguantar la presión del grupo, de quedarse solo en el banco mientras los demás hacen el idiota, es lo que forja el carácter de hierro. Curiosamente, aunque le insulten en el momento, el respeto hacia él sube a largo plazo. Saben que a Sergio no se le puede arrastrar. Saben que Sergio es un pilar.

Cómo mantener el Aura

Acepta que a veces serás el “malo” de la película. Y está bien.

  1. La soledad no mata: Aprende a estar cómodo estando solo un rato. Entrena tu cerebro para no entrar en pánico cuando el grupo se aleja. Saca el móvil, mira el cielo, escucha música. Estás bien. Eres suficiente.
  2. No juzgues, solo actúa: Sergio no les soltó un sermón moralista (“Sois unos inmaduros, eso no se hace”). Eso hubiera sido pedante. Simplemente dijo “yo paso”. Actuó sobre sí mismo, no sobre los demás.
  3. Mantén la mirada y sonríe: Cuando te llamen soso, no bajes la cabeza avergonzado. Mírales y sonríe. “Sí, hoy estoy soso, qué le vamos a hacer”. Al aceptar el insulto (Amalgame), le quitas el poder punzante.

Cierre

Regla de Aura: Prefiero que me respeten mañana a que me rían las gracias hoy. La integridad se paga sola.

Micro-reto (Semanal) La próxima vez que el grupo proponga algo que te da pereza, te parece mal, o simplemente no quieres hacer (comer en un sitio malo, criticar a alguien, ir lejos): Desmárcate. “Yo me quedo aquí esperándoos” o “Yo me voy a casa”. Aguanta la presión. Aguanta los insultos. Observa cómo, al ver que eres inamovible, dejan de insistir y, secretamente, te admiran.