19 Febrero: La Sobriedad del Guerrero
19 Febrero: La Sobriedad del Guerrero
“No tengas preferencias.” — Miyamoto Musashi, El Libro de los Cinco Anillos
Fuente/Tradición: Bushido / Estrategia
La Historia: El Ronin sin Techo
Miyamoto Musashi es el santo patrón de la estrategia japonesa. Invicto en más de 60 duelos a muerte, creador del estilo de dos espadas (Niten Ichi-ryu) y autor de El Libro de los Cinco Anillos. Podría haber sido rico. Podría haber servido a un gran Señor (Daimyo), vivido en un palacio, dormido en seda y comido manjares. Tenía la fama y la habilidad para exigir cualquier precio.
Sin embargo, Musashi eligió vivir la mayor parte de su vida como un vagabundo, un ronin. Dormía al raso, bajo la lluvia o en cuevas. Se dice que no se bañaba a menudo para no ser sorprendido desarmado y vulnerable. Comía lo que encontraba o lo que le daban. Tallaba sus propias armas de madera.
Semanas antes de morir, recluido en la cueva de Reigando, escribió el Dokkodo (“El Camino de la Soledad”), una lista de 21 preceptos brutales para guiar su espíritu. Entre ellos, destacan frases que golpean como un martillo: “No busques el placer por el placer”. “No dependas de una comodidad parcial”. “No tengas preferencias por nada”.
¿Por qué? ¿Era Musashi un masoquista? ¿Odiaba la vida? No. Era el estratega definitivo. Musashi entendía que cada “necesidad” que creas es una debilidad que un enemigo puede explotar. Si te acostumbras a dormir en una cama blanda, el día que tengas que dormir en el suelo de piedra antes de una batalla, dormirás mal, te levantarás rígido y lucharás lento. Y morirás. Si te acostumbras a comer caliente y sabroso, el día que solo haya arroz frío y duro, tu moral se hundirá. Y morirás. Si te “enamoras” de una espada específica (“mi espada favorita”), el día que se rompa en combate, entrarás en pánico. Y morirás.
La “sobriedad” de Musashi no era pobreza; era libertad absoluta. Al no necesitar nada, estaba preparado para todo. Podía luchar igual de bien bajo la lluvia, en el barro, con hambre, con una espada de acero o con un remo de madera tallado apresuradamente (como hizo en su famoso duelo contra Sasaki Kojiro). Su competencia no dependía de condiciones externas ideales. Él era la condición.
La Lección:
El mundo moderno nos vende la idea de que el éxito consiste en refinar nuestras preferencias. Nos enseña a ser sibaritas frágiles. “Yo solo bebo café de especialidad de Etiopía”. “Yo necesito mi almohada viscoelástica para dormir”. “Yo no puedo trabajar si no tengo mis dos monitores y mi silla ergonómica”. “Yo solo viajo si es en primera clase”.
Cada vez que dices “necesito” o “solo me gusta”, te estás poniendo una cadena. Te estás volviendo frágil. Si el mundo te quita tu juguete favorito, te desmoronas. Te pones de mal humor. Pierdes tu centro.
El guerrero busca la Antifragilidad. Disfruta del lujo si está disponible (no es estúpido), pero no depende de él. Puede beber el mejor vino y disfrutarlo, pero puede beber agua del grifo y estar igual de contento. Puede dormir en un hotel de 5 estrellas, pero puede dormir en el suelo del aeropuerto y levantarse listo para la acción.
El autocontrol supremo es la capacidad de estar bien independientemente de las circunstancias externas. Cuantas menos cosas necesites para estar en paz, más libre e invencible eres.
Reflexión Final:
- Tus Cadenas de Oro: Haz una auditoría rápida. ¿Qué “pequeñas cosas” crees que son imprescindibles para tu día a día? (Tu marca de champú, tu tipo de leche, tu WiFi de alta velocidad, tu temperatura ideal en la habitación).
- El Test de Fragilidad: ¿Qué pasaría si mañana te quitaran todo eso? ¿Te sentirías una víctima? ¿Te enfadarías?
- La Práctica de Hoy: Practica la “Incomodidad Voluntaria”. Hoy, renuncia deliberadamente a una pequeña comodidad para demostrarte a ti mismo que no la necesitas.
- Dúchate con agua fría.
- Come algo soso (arroz blanco sin salsa).
- Siéntate en la silla dura en lugar del sofá.
- No uses el ascensor. Entrena a tu mente para decir: “Prefiero la comodidad, pero no la necesito para ser fuerte”.