05 Junio: El Juego Infinito
05 Junio: El Juego Infinito
“Hay al menos dos tipos de juegos. Uno podría llamarse finito; el otro, infinito. Un juego finito se juega con el propósito de ganar. Un juego infinito se juega con el propósito de continuar jugando.” — James P. Carse
Fuente/Tradición: Teoría de Juegos / Filosofía
La Historia: Vietnam y el Tablero Equivocado
Guerra de Vietnam. Años 60 y 70. Estados Unidos es la potencia militar más grande, rica y tecnológica de la historia de la humanidad. Tienen el control total del aire con aviones supersónicos Phantom F-4. Tienen helicópteros Huey artillados. Tienen napalm. Tienen tecnología satelital. Tienen ordenadores IBM que calculan probabilidades. Sus generales, formados en West Point, son expertos en logística y táctica. Tienen métricas precisas para medir la victoria. La más famosa es el “Body Count” (conteo de cadáveres). Si matamos a más enemigos de los que ellos nos matan a nosotros, estamos ganando. Los generales americanos creen que están jugando un Juego Finito. Las reglas en su cabeza son claras: invadimos, destruimos al enemigo, capturamos el territorio, firmamos un tratado y volvemos a casa con el trofeo. Fin del juego. Victoria.
Pero al otro lado de la selva, el Viet Cong y el ejército de Vietnam del Norte no están jugando a eso. Ellos están jugando un Juego Infinito. Su objetivo no es “ganar la batalla de mañana”. Su objetivo es sobrevivir. Su objetivo es que su nación siga existiendo dentro de 100 años, libre de invasores extranjeros (ya echaron a los chinos, a los japoneses y a los franceses antes). No les importa perder batallas. No les importa el “Body Count”. Sufren pérdidas horribles, diez veces superiores a las americanas. Pero están dispuestos a aceptarlas. No les importa el tiempo. Llevan luchando 30 años. Pueden luchar 30 más. Su única estrategia es seguir en el juego hasta que el enemigo se canse y se vaya.
Estados Unidos ganó casi todas las batallas tácticas importantes en Vietnam (La Drang, Ofensiva del Tet). Y sin embargo, perdió la guerra. ¿Cómo es posible ganar todas las batallas y perder la guerra? Parece una paradoja imposible. Pero la respuesta es simple: Estados Unidos se retiró. Se agotó. La opinión pública americana se volvió en contra al ver los ataúdes volver a casa. El coste económico se volvió insostenible. La moral de la tropa se hundió. Tuvieron que irse. Vietnam del Norte ganó simplemente porque no se fue. Simon Sinek usa este ejemplo histórico para explicar la diferencia fundamental entre mentalidades. USA luchaba para ganar. Vietnam luchaba para seguir viviendo. El jugador infinito siempre derrota al jugador finito, porque el jugador finito juega para acabar, y cuando se le acaban los recursos o la voluntad, abandona. El jugador infinito juega para quedarse.
La Lección:
El problema de la mayoría de nosotros es que aplicamos la mentalidad de Juego Finito a cosas que son, por naturaleza, Juegos Infinitos. Y eso nos causa frustración, ansiedad y fracaso.
- El Matrimonio: No se “gana” el matrimonio. No hay un día en que digas: “Ya está, he ganado, ya no tengo que esforzarme más, he completado el nivel”. Es un juego infinito. El objetivo es que la relación siga viva, sana y creciendo mañana. Si dejas de jugar, la relación muere.
- La Salud: No se “gana” la salud. No llegas a un peso ideal y dices “fin”, y dejas de comer bien y hacer ejercicio. Si dejas de jugar, pierdes. Tienes que jugar hasta el día de tu muerte.
- Los Negocios: No se trata de “vencer a la competencia” este trimestre. Se trata de que tu empresa siga existiendo, innovando y sirviendo valor dentro de 50 años. Las empresas que juegan a “ganar el trimestre” (finito) suelen quebrar a largo plazo.
El guerrero estratégico adopta la mentalidad infinita. Deja de obsesionarse con las victorias y derrotas puntuales. “Hoy he perdido una venta”. Vale, es un dato. Pero el juego sigue. “Hoy he ganado un premio”. Vale, cuidado con la arrogancia. El juego sigue. El objetivo no es ser el número uno (eso es efímero y ególatra). El objetivo es ser indestructible. El objetivo es construir una vida, una carrera o un cuerpo capaz de resistir las crisis, adaptarse a los cambios y seguir jugando indefinidamente.
Cuando cambias el chip de “Ganar” a “Seguir Jugando”, la ansiedad desaparece. Ya no tienes que “llegar” a ningún sitio. Ya estás allí. Estás jugando. Y mientras sigas jugando, mientras sigas respirando y aprendiendo, no has perdido.
Reflexión Final:
- El Error de Juego: ¿Dónde estás intentando “ganar” un juego que en realidad no tiene final? (¿Intentando “ganar” una discusión con tu hijo adolescente? ¿Intentando “completar” tu desarrollo personal?).
- La Resistencia: ¿Estás diseñando tu vida para un sprint de 100 metros (quemando todos tus recursos ahora) o para una ultramaratón eterna?
- La Práctica de Hoy: Identifica un área de tensión en tu vida (trabajo, pareja). Di en voz alta: “Esto es un juego infinito”. Siente cómo cambia tu perspectiva. Si es infinito, no hay prisa, hay constancia. No busques el jaque mate, busca la siguiente jugada.