30 Junio: El Pivote
30 Junio: El Pivote
“La locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.” — Albert Einstein (atribuido)
Fuente/Tradición: Startups / Lean Methodology
La Historia: De Odeo a Twitter
Año 2005. San Francisco. Una pequeña empresa llamada Odeo está intentando revolucionar el mundo del podcasting. Tienen dinero de inversores importantes. Tienen un equipo talentoso liderado por Evan Williams (que ya había vendido Blogger a Google) y Biz Stone. Tienen oficinas bonitas. Pero tienen un problema gigante. Un problema existencial. Apple acaba de anunciar que iTunes incluirá podcasts de forma nativa en su próxima actualización. De la noche a la mañana, el modelo de negocio de Odeo está muerto. No pueden competir con iTunes, que viene preinstalado en millones de iPods y ordenadores. Apple es el gorila de 800 kilos en la habitación. El equipo está deprimido. El “Plan A” ha fracasado estrepitosamente. La mayoría de las empresas en esta situación hacen una de dos cosas:
- Siguen intentándolo por inercia (“ya hemos invertido mucho”), quemando el dinero hasta morir dignamente.
- Cierran, devuelven el dinero y se van a casa.
Pero ellos hicieron algo más valiente y raro. Hicieron un Pivote. Evan Williams reunió al equipo y dijo: “Olvidad el podcasting. Estamos muertos ahí. Pero tenemos talento y tenemos dinero en el banco. Haced un hackathon de dos semanas. Probad ideas locas. Lo que sea”. Jack Dorsey, un ingeniero tímido y callado que trabajaba allí, propuso una idea simple, casi trivial: un sistema para enviar mensajes cortos de estado vía SMS a un pequeño grupo de amigos. “Estoy comiendo”. “Voy al parque”. “Me aburro”. Lo llamaron “twttr”. A nadie le pareció la gran cosa al principio. Era tonto. Era banal. “¿A quién le importa lo que estás comiendo?”, decían los críticos. Pero empezaron a usarlo internamente en la oficina. Y notaron algo: era adictivo. Era rápido. Creaba una sensación de conexión constante. Decidieron girar todo el barco. Abandonaron Odeo (la plataforma de podcasts en la que habían trabajado años) y se centraron 100% en esa cosa rara de los mensajes cortos. Despidieron a parte del equipo que no encajaba. Cambiaron la misión. El resto es historia. Twitter cambió la comunicación mundial, derrocó gobiernos (Primavera Árabe), dio voz a movimientos sociales y se convirtió en la plaza pública del planeta. Si se hubieran aferrado a su idea original por orgullo o miedo, hoy nadie sabría quiénes son. El éxito no estaba en la idea original. Estaba en la capacidad de soltarla y girar hacia donde estaba la energía real.
Otros ejemplos famosos de pivotes:
- Slack: Empezó como un videojuego llamado Glitch. El juego fracasó, pero la herramienta de chat interna que usaban para desarrollarlo era genial. Pivotaron.
- Instagram: Empezó como Burbn, una app compleja para hacer check-in en bares y beber whisky. Vieron que la gente solo usaba la función de compartir fotos. Pivotaron.
- YouTube: Empezó como una web de citas por vídeo (“Tune In Hook Up”). Nadie subía vídeos de citas. Empezaron a subir vídeos de gatos y vacaciones. Pivotaron.
- Nintendo: Empezó fabricando naipes en el siglo XIX. Luego hizo taxis. Luego hoteles del amor. Luego videojuegos. Pivotaron durante 100 años.
La Lección:
El Pivote es el arte de cambiar de dirección sin cambiar de visión (o cambiando la visión si es necesario). En la vida, a menudo nos enamoramos de nuestro “Plan A”. “Voy a ser médico”. “Voy a casarme con esta persona”. “Voy a vivir en esta ciudad para siempre”. Y cuando la realidad nos dice “NO” (suspendes el examen, te dejan, no encuentras piso, te despiden), nos rompemos. Lo vemos como un fracaso total. Nos sentimos inútiles. El estratega no ve fracasos. Ve datos. “El mercado me dice que el podcasting no funciona. Vale. ¿Qué más tengo? ¿Qué más puedo hacer con estos recursos?”.
Un pivote requiere dos cosas:
- Humildad: Tienes que admitir que tu primera idea era mala (o que el tiempo era malo). Tienes que matar a tu ego.
- Coraje: Tienes que matar a tu “bebé” (tu proyecto amado) para que nazca otro. No te quedes en un barco que se hunde solo porque “ya has pagado el billete” (la falacia del coste hundido). El dinero y el tiempo gastados ya se han ido. No volverán. La pregunta es: ¿Qué haces ahora con lo que te queda? Salta. Usa lo que has aprendido (el código, el equipo, la experiencia, los contactos) para construir la siguiente balsa. La vida rara vez es una línea recta de A a B. Es un zigzag de pivotes constantes hacia la verdad.
Reflexión Final:
- El Muro: ¿Estás golpeando un muro con tu “Plan A” actual? ¿Llevas mucho tiempo sin avanzar y sufriendo? Quizás el universo te está gritando que pivotes.
- El Activo Oculto: ¿Qué tienes ahora mismo (una habilidad secundaria, un hobby, un contacto, un recurso) que podría ser la semilla de tu “Twitter”, aunque ahora parezca algo menor o tonto?
- La Práctica de Hoy: Haz un micro-pivote. Si tu rutina de gimnasio te aburre y no vas, cámbiala hoy radicalmente (ve a nadar, o a bailar). No dejes de entrenar (visión), cambia el método (estrategia). Demuéstrate que no eres un árbol. Puedes moverte.