25 Julio: Vía Negativa
25 Julio: Vía Negativa
“La perfección no se alcanza cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar.” — Antoine de Saint-Exupéry
Fuente/Tradición: Teología / Nassim Taleb / Escultura
La Historia: El David y el Bloque
Florencia, 1501. En el patio de la catedral de Santa María del Fiore hay un bloque de mármol gigante, sucio y abandonado. Lo llaman “El Gigante”. Lleva allí 40 años, expuesto a la lluvia y al sol. Es un bloque maldito. Dos escultores anteriores (Agostino di Duccio y Antonio Rossellino) intentaron trabajar en él y lo abandonaron frustrados. Dicen que el mármol es de mala calidad, que tiene vetas (“taroli”), que es demasiado estrecho y alto, y que es imposible sacar una figura humana decente de ahí sin que se rompa. Entonces llega Miguel Ángel Buonarroti. Tiene 26 años. Es joven, arrogante y genial. Mira el bloque. Camina a su alrededor. Lo toca. Siente la temperatura de la piedra. Donde otros ven un problema irresoluble, él ve una oportunidad divina. Se encierra en un cobertizo de madera construido alrededor del bloque para que nadie le vea trabajar. Es celoso de su proceso. Trabaja durante tres años. Sin descanso. Apenas come. Duerme con la ropa puesta y las botas puestas (dicen que cuando se las quitaba, se le caía la piel de los pies). Golpea el mármol con una furia controlada. El polvo blanco cubre todo. El ruido del cincel es constante. Finalmente, en 1504, derriba el cobertizo y revela la obra. Es el David. Es, posiblemente, la escultura más perfecta de la historia de la humanidad. La gente de Florencia se queda muda. ¿Cómo ha podido sacar esa vida, esa tensión en los músculos, esa mirada fiera, de esa piedra muerta y defectuosa? Cuentan (quizás es leyenda, pero ilustra el punto perfecto) que el Papa (o un cardenal) le preguntó: —”Maestro, ¿cómo ha creado esta maravilla? ¿Cómo sabía que David estaba ahí dentro?”. Miguel Ángel respondió: —”Es muy sencillo. David ya estaba dentro del bloque. Yo simplemente quité todo lo que no era David”.
Esta idea resuena con un concepto antiguo de la teología: la Vía Negativa (Apophatic theology). La idea es que Dios es tan infinito y complejo que la mente humana no puede entender lo que es. Si dices “Dios es bueno”, estás limitando su bondad a tu concepto humano y finito de bondad. Así que la única forma de acercarse a la Verdad es decir lo que no es. Dios no es finito. Dios no es mortal. Dios no es visible. Al negar lo que no es, te acercas a la verdad por eliminación.
Nassim Taleb, en su libro Antifrágil, aplica esto a la vida moderna. La mayoría de las mejoras en la vida vienen de la sustracción, no de la adición. Sabemos con certeza lo que es malo (fumar, azúcar, deuda, gente tóxica). No sabemos con certeza lo que es bueno (¿es mejor la dieta keto o la paleo? ¿es mejor invertir en bolsa o en oro?). Por tanto, la estrategia más segura y robusta es la Vía Negativa. Eliminar lo malo es más potente que intentar añadir lo bueno.
- Salud: No necesitas añadir suplementos caros y bayas de goji del Himalaya. Necesitas quitar el tabaco, el alcohol, el azúcar procesado y el sedentarismo. Si quitas eso, la salud emerge sola (como el David).
- Riqueza: No necesitas encontrar la “inversión secreta” que te haga millonario. Necesitas quitar los gastos estúpidos, las deudas de consumo y las inversiones ruinosas.
- Felicidad: No necesitas añadir placeres exóticos. Necesitas quitar las cosas que te hacen infeliz (el trabajo que odias, la envidia, el rencor, las relaciones abusivas).
La Lección:
Vivimos en una cultura de adición. “¿Qué me compro para solucionar esto?”. “¿Qué app me bajo?”. “¿Qué curso hago?”. El maestro piensa en negativo. “¿Qué dejo de hacer?”. “¿Qué tiro a la basura?”. La adición tiene efectos secundarios impredecibles (iatrogenia). Si tomas una pastilla para dormir, quizás te daña el hígado o te crea adicción. La sustracción es segura. Si dejas de fumar, no hay efecto secundario negativo a largo plazo. Solo mejora.
Antes de buscar la “solución mágica” nueva, busca el “problema estúpido” viejo y elimínalo. Deja de hacer cosas estúpidas y empezarás a parecer inteligente muy pronto. Charlie Munger decía: “Todo lo que quiero saber es dónde voy a morir, para no ir nunca allí”. La maestría es un proceso de limpieza. Limpia tu dieta. Limpia tu agenda. Limpia tu mente. Lo que queda después de quitar todo lo que sobra… eso es el David. Eso eres tú.
Reflexión Final:
- El Bloque: Imagina que tu vida ideal ya está dentro del bloque de mármol de tu vida actual. ¿Qué piedra sobra?
- La Resta: ¿Qué es lo único que, si dejaras de hacerlo hoy, mejoraría tu vida inmediatamente? (Fumar, quejarte, mirar el móvil en la cama, comer pan).
- La Práctica de Hoy: No añadas nada hoy. No compres nada. No empieces nada. Elige algo que haces habitualmente y no lo hagas. Disfruta del vacío que deja.