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Miguel Ángel Ballesteros

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08 Agosto: Propiedad Extrema

08 Agosto: Propiedad Extrema

“No hay malos equipos, solo malos líderes.”Jocko Willink, Extreme Ownership

Fuente/Tradición: Liderazgo Militar / SEALs

La Historia: Fuego Amigo en Ramadi

Ramadi, Irak. 2006. El “Infierno en la Tierra”. Jocko Willink es el comandante de la Task Unit Bruiser de los SEALs. Es una mañana de caos absoluto. Una operación combinada con soldados iraquíes, Marines y SEALs ha salido mal. Hay disparos por todas partes. El polvo ciega la visión. Las radios gritan mensajes contradictorios. Jocko escucha por la radio que un grupo de insurgentes está atacando una posición aliada. Ordena un ataque aéreo y fuego de ametralladora pesada sobre el edificio enemigo. El infierno se desata sobre ese edificio.

De repente, el Comandante del Pelotón Delta regresa a la base, pálido como un fantasma. Mira a Jocko y dice: “Jefe, éramos nosotros”. El mundo de Jocko se detiene. No eran insurgentes. Eran SEALs. Habían atacado a su propia gente. Un “Blue on Blue” (Fuego Amigo). El pecado mortal de la guerra. Un soldado iraquí muerto. Varios SEALs heridos, uno de ellos grave, con la cara destrozada. Es el peor desastre posible.

De vuelta en la base, llega el mensaje: El oficial al mando superior y el investigador principal vienen a interrogar a todos. Quieren cabezas. Alguien tiene que pagar por esto. Jocko se sienta en su catre improvisado. Revisa los hechos. ¿Quién tuvo la culpa? ¿El operador de radio que no comunicó la posición? ¿El francotirador que identificó mal el blanco? ¿Los soldados iraquíes que se movieron donde no debían? Había culpables de sobra. Podría señalar a cualquiera y salvar su carrera. Pero Jocko siente un nudo en el estómago. Sabe la verdad.

Entra en la sala de debriefing. Sus hombres están sentados, esperando el juicio. Saben que alguien va a ser despedido. Jocko se pone de pie frente al investigador y frente a sus hombres. “¿De quién es la culpa?”, pregunta el oficial superior. Jocko respira hondo. “La culpa es mía”. La sala se queda en silencio. “Yo soy el comandante. Yo soy responsable de todo lo que ocurre y de todo lo que no ocurre en esta unidad. Yo no aclaré las comunicaciones. Yo no verifiqué la posición. Yo aprobé el ataque. La culpa es mía y solo mía”.

Esperaba ser despedido en el acto. Pero ocurrió lo contrario. Sus hombres, al ver a su líder sacrificarse y asumir la carga, se levantaron. “No, jefe, yo no pasé el reporte”. “No, yo no miré bien”. La confianza en la unidad se disparó. El oficial superior, viendo la integridad de Jocko, no lo despidió. Sabía que un hombre dispuesto a asumir la culpa mortal es un hombre en el que se puede confiar.

La Lección:

La Propiedad Extrema (Extreme Ownership) es la ley número uno del liderazgo. El líder mediocre culpa al equipo. “Es que no me entienden”, “Es que el mercado está mal”, “Es que el proveedor falló”. El líder excelente asume la culpa de todo.

Si tu empleado comete un error, es tu culpa por no haberlo entrenado bien o por no haberle dado instrucciones claras. Si tu hijo suspende, es tu culpa por no haberle enseñado a estudiar o no haberle motivado. Si el proyecto fracasa, tú eres el responsable.

Esto no es masoquismo. Es poder. Si la culpa es de otro, tú eres una víctima. No puedes hacer nada. La Propiedad Extrema es la cura contra el victimismo. Es decir: “Esto es mi problema. Y yo lo voy a solucionar”. No busques excusas. Las excusas son para los perdedores. Busca soluciones.

Reflexión Final:

  1. El Dedo: Piensa en un problema actual en tu trabajo o casa. ¿A quién estás señalando con el dedo?
  2. El Espejo: Gira el dedo hacia ti. ¿Qué parte de ese problema es responsabilidad tuya (aunque sea un 1%)? ¿Qué podrías haber hecho diferente?
  3. La Práctica de Hoy: Hoy, cuando algo salga mal (aunque sea pequeño), di en voz alta: “Es culpa mía. Yo me encargo”. Observa cómo cambia la energía de la situación. La gente dejará de defenderse y empezará a ayudarte.