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Miguel Ángel Ballesteros

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11 Agosto: La Carga del Mando

11 Agosto: La Carga del Mando

“Los oficiales comen al final.”Lema de los Marines

Fuente/Tradición: Ética Militar / General James Mattis

La Historia: Las Cartas a las Madres

Irak. 2004. Base de Operaciones Avanzada. 03:00 AM. El campamento duerme, excepto por los guardias y un hombre en una tienda de campaña. Es el General James Mattis, comandante de la 1ª División de Marines. “Perro Loco” Mattis. El Monje Guerrero. El hombre que lleva las Meditaciones de Marco Aurelio en su mochila de combate. No está planeando una ofensiva. No está estudiando mapas. Está sentado frente a una mesa plegable, bajo la luz cruda de una bombilla desnuda. Tiene una pila de papel y un bolígrafo. Está escribiendo cartas. A mano. No son cartas oficiales mecanografiadas por un ayudante. Son cartas personales. Van dirigidas a las madres, esposas y padres de los Marines que han muerto bajo su mando esa semana.

Mattis se detiene. Le tiembla ligeramente la mano. ¿Qué le dices a una madre cuyo hijo de 19 años ha sido destrozado por un IED en Fallujah porque tú ordenaste que patrullaran esa calle? ¿Le dices que murió con honor? ¿Le dices que era valiente? Sí, se lo dices. Pero sabes que ninguna palabra llenará el agujero en esa cocina en Ohio o en Texas. Cada letra que escribe es un peso físico sobre sus hombros. Siente los fantasmas de sus hombres en la habitación. Podría estar durmiendo. Podría delegar esto. Pero Mattis sabe que esa es la Carga del Mando. El privilegio de liderar hombres conlleva la obligación sagrada de sufrir con ellos y por ellos. El líder no es el que se lleva la gloria en el desfile. El líder es el que se queda despierto a las 3 de la mañana absorbiendo el dolor de las familias para que sus hombres puedan centrarse en la misión.

La Lección:

Vivimos en una cultura que adora los “beneficios” del liderazgo. Queremos el sueldo de CEO. Queremos el título de “Fundador”. Queremos la autoridad de “Padre”. Queremos la corona. Pero la corona pesa. Y si no pesa, es que es de plástico.

El liderazgo real es un servicio de sufrimiento. Si eres el jefe, tu trabajo es absorber la incertidumbre para que tu equipo pueda trabajar tranquilo. Si eres el padre, tu trabajo es absorber el miedo para que tus hijos puedan ser niños. Si eres el capitán, tu trabajo es comer al final.

En los Marines, cuando llega el rancho caliente al campo de batalla, hay una regla sagrada: Los soldados rasos (los más jóvenes, los que cavan y sangran) comen primero. Luego los cabos y sargentos. Luego los tenientes. Y al final, si queda algo, comen los generales. Es un símbolo brutal: “Yo existo para serviros a vosotros, no al revés”. Si usas a tu gente para tu beneficio, eres un parásito, no un líder. Si estás dispuesto a sangrar (metafóricamente, en tiempo, energía, ego) por tu gente, te seguirán hasta las puertas del infierno.

Reflexión Final:

  1. El Privilegio vs La Carga: ¿Ves tu posición (como padre, jefe, hermano mayor) como un derecho a ser servido o como una responsabilidad de servir?
  2. El Sacrificio: ¿Qué es lo último que has sacrificado por tu equipo o familia? (¿Tu comodidad? ¿Tu razón? ¿Tu tiempo libre?).
  3. La Práctica de Hoy: Haz un acto de “comer al final”.
    • En la cena, sirve a todos los demás antes de servirte tú.
    • En el trabajo, haz la tarea más desagradable y aburrida tú mismo para liberar a tu equipo.
    • Siente el peso. Y siéntete orgulloso de llevarlo.