15 Octubre: Haz tu trabajo

“No me importa si eres el mejor jugador del mundo. Si no haces tu trabajo, no nos sirves.” — Bill Belichick

Fuente: Deporte de Élite / Liderazgo

La Historia: El Monje del Fútbol Americano

En el mundo del deporte profesional, donde los egos son tan grandes como los estadios, Bill Belichick, el entrenador de los New England Patriots, era una anomalía. Vestía sudaderas cortadas y desgastadas, murmuraba en las ruedas de prensa y parecía odiar la fama con cada fibra de su ser.

Pero bajo esa apariencia hosca, había una mente táctica implacable y una filosofía que construyó la mayor dinastía en la historia de la NFL. Su mantra no era inspirador en el sentido tradicional. No hablaba de “creer en los sueños” ni de “pasión”. Su mantra eran tres palabras secas: “Do Your Job” (Haz tu trabajo).

En la Super Bowl XLIX contra los Seattle Seahawks, el partido estaba en el filo de la navaja. Faltaban segundos. Seattle estaba a una yarda de la zona de anotación. Todo el mundo esperaba que Belichick pidiera un tiempo muerto para reorganizar la defensa. El caos reinaba en el campo. Los comentaristas gritaban. Los fans hiperventilaban.

Pero en la banda, Belichick estaba inmóvil. No pidió tiempo muerto. Había visto la formación de Seattle. Sabía que sus jugadores habían practicado esa situación específica mil veces. Si pedía tiempo, daría a Seattle la oportunidad de pensar. Así que confió en el sistema.

En el campo, Malcolm Butler, un jugador novato no drafteado (alguien sin ego, con todo por demostrar), reconoció la jugada. No intentó ser un héroe. No intentó hacer algo espectacular. Simplemente hizo su trabajo: leyó el pase, cortó la línea y realizó la intercepción que ganó el campeonato.

Mientras el estadio estallaba en locura, las cámaras enfocaron a Belichick. Apenas sonrió. Ya estaba pensando en la siguiente temporada. Para él, la victoria no era una validación de su genio, sino la consecuencia lógica de la ejecución correcta.

La Lección:

El ego quiere ser especial. Quiere hacer la jugada milagrosa, el pase de 50 yardas, el gol de chilena. El ego desprecia lo básico porque lo básico es aburrido y anónimo.

Pero la excelencia no es magia; es la ejecución consistente de los fundamentos bajo presión.

“Haz tu trabajo” significa:

1. Conoce tu rol a la perfección.
2. Ejecútalo con disciplina absoluta, incluso cuando nadie mira.
3. Confía en que si todos hacen su parte, el resultado se cuidará solo.

El ego te dice: “Merezco más crédito”, “Esta tarea es demasiado pequeña para mí”, “Debería estar liderando, no siguiendo”. El guerrero silencia esa voz y se pregunta: “¿Cuál es mi misión en este preciso instante?”. Y luego la cumple.

Reflexión Final:

1. La Tentación del Héroe: ¿Intentas a menudo hacer más de lo que te toca para impresionar, descuidando tus responsabilidades básicas?
2. La Definición del Rol: ¿Sabes exactamente cuál es tu “trabajo” hoy (en tu familia, en tu empresa)? ¿O estás tratando de hacer el trabajo de otros?
3. La Práctica de Hoy: Identifica una tarea que sea puramente tu responsabilidad y que hayas estado haciendo a medias. Hoy, ejecútala con una precisión quirúrgica. No busques aplausos. Busca la satisfacción silenciosa del deber cumplido.