22 Octubre: El Exilio
22 Octubre: El Exilio
“La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la ligereza de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida.” — Steve Jobs
Fuente: Historia Empresarial / Biografía
La Historia: El Rey Expulsado de su Reino
- Steve Jobs tiene 30 años. Es rico, famoso y el rostro de la revolución tecnológica. Ha fundado Apple en un garaje y la ha convertido en un imperio. Pero también es insoportable, arrogante y destructivo. Su ego no cabe en el edificio de Cupertino.
Tras una lucha de poder con John Sculley (el CEO que él mismo contrató), la junta directiva toma una decisión impensable: despiden a Steve Jobs de su propia empresa.
Imagina el golpe. No es solo perder un trabajo; es perder tu identidad. Jobs era Apple. Ser expulsado públicamente, humillado ante el mundo entero, fue devastador. Pasó meses deprimido, sin saber qué hacer. Su ego había sido triturado.
Pero en ese vacío, sucedió algo.
Sin la presión de mantener el éxito de Apple, sin las expectativas de ser el “niño prodigio”, Jobs recuperó la libertad. Fundó NeXT, una empresa que fracasó comercialmente pero creó la tecnología base del futuro sistema operativo Mac. Compró una pequeña división de gráficos a George Lucas y la convirtió en Pixar, redefiniendo el cine de animación.
Durante sus “años en el desierto”, Jobs maduró. Aprendió a escuchar (un poco más). Aprendió que no era infalible. Se enamoró, formó una familia. El hombre que regresó a Apple en 1997 no era el mismo tirano impulsivo del 85. Seguía siendo exigente y difícil, sí, pero tenía una profundidad y una visión estratégica que solo el fracaso puede forjar.
Ese segundo acto, el que nos dio el iPod, el iPhone y el iPad, solo fue posible gracias al exilio. Si Jobs se hubiera quedado en Apple en el 85, es probable que la empresa se hubiera estancado junto con su ego.
La Lección:
El fracaso es el regalo más doloroso que recibirás.
El ego teme al fracaso porque lo ve como una muerte. “Si fallo, no valgo nada”. Pero el guerrero ve el fracaso como una poda.
Cuando fracasas, el ego se rompe. La fachada se cae. Los falsos amigos desaparecen. Te quedas solo con tu verdad. Es un momento de claridad absoluta. En ese punto cero, tienes dos opciones:
- Negar la realidad, culpar a otros y amargarte (reconstruir el ego con resentimiento).
- Aceptar la caída, aprender la lección y reconstruirte sobre cimientos más sólidos (crecimiento post-traumático).
No temas al exilio. A veces necesitas perder tu reino para encontrar tu corona.
Reflexión Final:
- Tu Gran Fracaso: Mira hacia atrás a tu mayor derrota profesional o personal. ¿Qué aprendiste allí que no podrías haber aprendido en la victoria?
- El Miedo Actual: ¿Qué estás evitando hacer por miedo a ser “despedido” o rechazado?
- La Práctica de Hoy: Si estás pasando por un mal momento, di en voz alta: “Esto es el entrenamiento. Esto es la forja”. Si estás en un buen momento, recuerda que es temporal y prepárate para el invierno.