01 Noviembre: La brevedad de la vida
01 Noviembre: La brevedad de la vida
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho. La vida es lo bastante larga, y se nos ha dado con generosidad para la realización de las cosas más importantes, si toda ella se emplea bien.” — Séneca, De la brevedad de la vida
Fuente: Estoicismo
La Historia: El Administrador del Tiempo
Roma, siglo I d.C. Lucio Anneo Séneca, el hombre más rico y poderoso del imperio después del emperador Nerón, observa a sus conciudadanos. Ve a hombres corriendo de un lado a otro, sudando en el foro para ganar un juicio trivial, adulando a superiores que desprecian, organizando banquetes para gente que no les importa.
Ve a ancianos de ochenta años que dicen: “Cuando me jubile a los cincuenta, empezaré a vivir”. Y luego, a los cincuenta, dijeron: “A los sesenta”. Y ahora, al borde de la tumba, se dan cuenta de que nunca empezaron.
Séneca escribe un tratado brutalmente honesto a su amigo Paulino. Le dice: “Haces tus planes como si fueras a vivir para siempre. No te das cuenta de cuán frágil y precario es el hilo de tu vida”.
Describe a los hombres como “ocupados” (occupati), gente que está tan llena de actividad frenética que no tiene espacio para vivir. Gastan su tiempo como si fuera agua de un río infinito, sin darse cuenta de que es el único bien que, una vez gastado, nunca se puede recuperar.
“Nadie permitiría que ocuparan sus tierras”, escribe Séneca, “y si hubiera la más mínima disputa sobre los límites, correrían a las piedras y a las armas. Pero permiten que otros invadan su vida; es más, ellos mismos invitan a los que se apoderarán de ella”.
Séneca no predicaba desde una torre de marfil. Él mismo estaba atrapado en la política mortal de Roma. Sabía que Nerón podía ordenar su muerte en cualquier momento (y finalmente lo hizo). Por eso, su obsesión no era vivir mucho, sino vivir ancho. Para él, un día vivido con filosofía, consciencia y virtud valía más que un siglo de existencia vegetativa o frenética.
La Lección:
La queja más común del ser humano moderno es: “No tengo tiempo”. Séneca te diría: “Mientes. Tienes tiempo. Lo que pasa es que lo tiras”.
Lo tiras en discusiones estériles en internet. Lo tiras viendo series que no te gustan solo para desconectar. Lo tiras preocupándote por cosas que nunca sucederán. Lo tiras trabajando en algo que odias para comprar cosas que no necesitas.
Tratamos el dinero con avaricia (lo guardamos, lo invertimos, miramos el precio), pero tratamos el tiempo con una generosidad suicida. Regalamos horas a cualquiera que nos las pida.
El guerrero invierte la ecuación. Es generoso con su dinero, pero avaro con su tiempo. Sabe que cada amanecer es un cheque que se cobra y que, al final del día, el saldo vuelve a cero. No se puede ahorrar tiempo para mañana. Solo se puede gastar hoy.
Reflexión Final:
- La Auditoría del Tiempo: Si tuvieras que pagar 100 euros por cada hora que pasas en redes sociales o viendo televisión basura, ¿cuánto habrías gastado ayer?
- El Ladrón de Vida: ¿Quién o qué te está robando más tiempo actualmente? (Un compromiso social, un vicio, una relación tóxica).
- La Práctica de Hoy: Di “No” a una petición de tu tiempo hoy. No pongas excusas. Simplemente di: “No puedo comprometerme a esto ahora mismo”. Recupera esa hora y úsala para algo que te haga sentir vivo (leer, entrenar, estar con tu familia). Siente el poder de poseer tu propio tiempo.