26 Noviembre: El Gran Océano
26 Noviembre: El Gran Océano
“No eres una gota en el océano. Eres el océano entero en una gota.” — Rumi
Fuente: Misticismo / Sufismo
La Historia: El Miedo de la Gota
Imagina una gota de agua que cae de una nube. Mientras cae, tiene forma, tiene identidad. Se dice a sí misma: “Soy una gota. Soy redonda, soy brillante, soy única”. Mira hacia abajo y ve el inmenso océano azul acercándose a toda velocidad. La gota siente terror. “¡Voy a morir!”, piensa. “¡Voy a desaparecer! ¡Mi forma se perderá para siempre! ¡Me disolveré en esa masa informe y dejaré de ser Yo!”.
La gota lucha contra la gravedad, intenta frenar, intenta endurecerse para no romperse al chocar. Pero es inútil. Cae y choca contra la superficie.
¿Y qué ocurre en ese instante? ¿Muere la gota? Sí, muere la forma de la gota. Ya no es redonda. Ya no está separada. Pero el agua de la gota no muere. Al contrario. En el momento en que toca el mar, la pequeña gota se convierte en el Océano Atlántico. Ahora tiene la profundidad de las fosas abisales. Ahora tiene la fuerza de las mareas. Ahora es el hogar de las ballenas. Ahora es eterna.
Lo que la gota percibía como muerte (la pérdida de los límites del ego) era en realidad una expansión infinita.
Nuestra consciencia es esa gota. Pasamos la vida defendiendo nuestros bordes. “Yo soy esto”. “Yo no soy aquello”. “Esto es mío”. Construimos muros para separar nuestro pequeño charco del resto del universo. Y tememos a la muerte porque la vemos como el fin de nuestro charco.
Los místicos de todas las tradiciones (sufíes, budistas, cristianos, estoicos) nos dicen lo mismo: La muerte no es un apagón, es una fusión. Es el momento en que la máscara del “Yo separado” cae y la energía vuelve a la fuente.
La Lección:
Esta es una enseñanza avanzada. Requiere soltar el ego por completo. El guerrero sabe que es parte de un Todo mayor (el Logos, el Tao, Dios, la Naturaleza). Sabe que su vida individual es solo una ola en el mar. La ola se levanta, dura un momento, y vuelve a caer. Pero el mar permanece.
Si te identificas con la ola, vivirás con miedo a estrellarte contra la orilla. Si te identificas con el agua, sabrás que no puedes ser destruido, solo transformado.
Morir es volver a casa. Es dejar de luchar por mantener la forma separada y descansar en la inmensidad.
Reflexión Final:
- La Gota: ¿Sientes que estás separado del mundo, luchando contra él? Eso es la ilusión del ego.
- El Océano: Recuerda momentos en los que te has sentido “disuelto” en algo más grande (en un concierto, en la naturaleza, haciendo el amor, meditando). En esos momentos, el “Yo” desapareció, pero tú te sentiste más vivo que nunca. Eso es un ensayo de la muerte.
- La Práctica de Hoy: Mira el cielo o el mar (o un árbol). Respira y piensa: “Estoy hecho de lo mismo que eso”. Disuelve tus bordes mentalmente. Siente la conexión. No estás solo; eres todo.