12 Diciembre: Orden y Caos

“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad.” — Carl Jung

Fuente/Tradición: Psicología Analítica

La Historia: El Lobo en el Sótano

Imagina una casa perfecta en un barrio residencial. El césped está cortado al milímetro. Las ventanas brillan. Los muebles son blancos inmaculados. Todo está en orden. En esa casa vive un hombre que se considera a sí mismo “bueno”. Es educado, nunca levanta la voz, siempre cede el paso, siempre sonríe, evita cualquier conflicto. Se enorgullece de su bondad y de su control. Pero esa casa tiene un sótano. La puerta del sótano es de acero reforzado y está cerrada con tres candados pesados. Desde el sótano, a veces, especialmente por la noche, se oyen aullidos, rasguños y golpes contra la puerta. En el sótano vive todo lo que el hombre “bueno” ha reprimido durante años para ser aceptado socialmente. Su ira. Su deseo sexual agresivo. Su egoísmo. Su capacidad de violencia. Su envidia. Su ambición de poder. Carl Jung llamó a esto La Sombra.

El hombre cree que si mantiene al lobo encerrado y lo ignora, todo irá bien. Cree que él es solo la parte de arriba de la casa. Pero el lobo tiene hambre. Y cuanto más tiempo pasa encerrado en la oscuridad, más rabioso y demoníaco se vuelve. Lo que empezó siendo un animal salvaje pero natural, se convierte en un monstruo resentido. Un día, el hombre “bueno” tiene un mal día en el trabajo. O bebe una copa de más. O sufre una injusticia. Y el candado se rompe. El lobo sale. Y no sale como una fuerza controlada, sino como un tsunami destructor. El hombre “bueno” grita a su mujer con una furia desproporcionada que aterroriza a sus hijos. O tiene un ataque de pánico paralizante. O cae en una depresión negra. O comete un acto sexual compulsivo y degradante. La Sombra, al ser negada, toma el control del sistema. Es la “posesión” psicológica.

Jung decía que la meta de la vida no es ser “bueno” (en el sentido de reprimido e inofensivo), sino ser “completo” (Ganzheit). Para ser completo, tienes que bajar al sótano. Tienes que abrir la puerta voluntariamente. Tienes que mirar al lobo a los ojos. Y no tienes que matarlo. Tienes que domesticarlo. Tienes que decir: “Sí, soy capaz de ser violento. Sí, tengo deseos oscuros. Sí, quiero poder. Esa es mi energía. Y ahora, esa energía trabaja para mí, bajo mi mando”.

Un lobo domesticado es un perro guardián formidable.

• La agresividad integrada se convierte en asertividad y coraje para defender a los tuyos.
• El egoísmo integrado se convierte en autoestima y capacidad de poner límites sanos.
• La sexualidad integrada se convierte en pasión y creatividad vital.

La Lección:

El guerrero no es un santo inofensivo. Un hombre que es incapaz de hacer daño no es virtuoso; es simplemente inofensivo. Es una víctima en espera. Un conejo no es virtuoso porque no come lobos; es que no puede. Un guerrero es un hombre capaz de ser peligroso, pero que tiene esa capacidad bajo control voluntario absoluto. Tiene la espada afilada, pero la mantiene en la vaina por elección, no por impotencia. Eso es virtud. Eso es Orden integrando al Caos.

Si niegas tu oscuridad, te volverás débil, neurótico y proyectarás tu maldad en los demás (“todos son malos menos yo”). Si te dejas poseer por ella, te volverás un criminal o un tirano. Si la integras, te volverás un Rey.

Reflexión Final:

1. Tu Sótano: ¿Qué emoción te prohíbes sentir porque crees que es “mala”? ¿Te prohíbes enfadarte? ¿Te prohíbes ser ambicioso? ¿Te prohíbes sentir lujuria?
2. La Proyección: ¿Qué es lo que más te irrita irracionalmente de los demás? (Pista: Lo que odias visceralmente en otros suele ser tu propia Sombra proyectada; ves en ellos lo que no aceptas en ti).
3. La Práctica de Hoy: Dale un paseo al lobo. Haz una actividad que canalice tu agresividad de forma sana y controlada.
   • Ve a boxeo y golpea el saco con rabia real.
   • Haz un sprint hasta que te quemen los pulmones.
   • Escucha música agresiva (metal, rap duro) y siente la energía subir por tu columna. Siente el poder de tu lado oscuro sin dejar que te domine. Hazte amigo del monstruo.