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Miguel Ángel Ballesteros

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17 Diciembre: Acción sin Esfuerzo

17 Diciembre: Acción sin Esfuerzo

“El tiro correcto sucede cuando el arquero deja de ser consciente de sí mismo como el que dispara y del blanco como lo que debe ser alcanzado.”Eugen Herrigel, Zen en el arte del tiro con arco

Fuente/Tradición: Zen / Wu-Wei

La Historia: El Disparo en la Oscuridad

Japón, 1924. Eugen Herrigel, un filósofo alemán, racional, lógico y metódico, ha viajado a Oriente buscando algo que la filosofía occidental no puede darle: una experiencia directa de la realidad, no una teoría sobre ella. Quiere entender el Zen. Le dicen que el Zen no se estudia en libros, sino que se practica a través de un arte. Elige el Kyudo (el Camino del Arco). Su maestro es el legendario Awa Kenzo, un hombre severo y enigmático.

El entrenamiento es una tortura para la mente occidental de Herrigel. Durante el primer año, el maestro ni siquiera le deja tocar un arco y una flecha reales. Solo le hace practicar la respiración y la postura frente a una diana de paja a dos metros. “¡Respira!”, le grita Kenzo. “¡No pienses! ¡Solo respira!”. Cuando por fin le deja disparar a una diana real, Herrigel falla miserablemente. O la flecha no llega, o se desvía, o suelta la cuerda con torpeza, haciéndose daño en los dedos. Herrigel, como buen alemán, intenta corregir sus errores usando la lógica y la técnica consciente: “Tengo que soltar la cuerda un milisegundo antes”, “tengo que apuntar tres grados más alto”, “tengo que relajar el hombro derecho”.

El maestro Kenzo le regaña cada vez: —El problema es que tienes demasiada voluntad —le dice—. Quieres dar en el blanco. Estás obsesionado con el resultado. Tienes que aprender a esperar a que el disparo suceda. —¿Cómo que suceda? —pregunta Herrigel, exasperado—. Si yo no abro los dedos, la flecha no sale. Alguien tiene que disparar. —No —dice el maestro—. “Ello” dispara. Tienes que tensar el arco hasta que la tensión sea máxima, como una gota de agua que cuelga de una hoja y se hace cada vez más pesada. Y entonces, sin intención, sin decisión consciente, la flecha debe caer como la fruta madura cae del árbol. No porque la fruta quiera caer, sino porque es el momento.

Herrigel pasa cuatro años intentándolo sin éxito. Está frustrado, deprimido y a punto de rendirse y volver a Alemania. Le dice al maestro que es imposible disparar sin apuntar. Una noche, el maestro Kenzo le dice: “Ven”. Van al dojo. Es de noche. Está casi a oscuras. El maestro enciende una varita de incienso pequeña, del grosor de un hilo, y la clava en la arena junto a la diana, a 60 metros de distancia. La diana es invisible en la oscuridad. Solo se ve el punto rojo minúsculo del incienso brillando como una estrella lejana. El maestro Kenzo toma su arco. Respira. Se funde con la oscuridad. Dispara. Thwack. Sonido de impacto sólido. Sin pausa, toma una segunda flecha. Respira. Dispara. Thwack. Sonido de impacto y de madera rompiéndose. Encienden las luces. La primera flecha está clavada en el centro exacto de la diana negra. La segunda flecha ha impactado dentro del culatín de la primera, astillándola por la mitad a lo largo. El maestro se gira hacia Herrigel, que está temblando, y le dice: “Yo no he hecho esto. Yo no veía la diana. Yo no conozco la distancia en la oscuridad. ‘Ello’ ha disparado”.

La Lección:

Esto es Wu-Wei (No-Hacer o Acción sin Esfuerzo). No significa pereza. No significa tumbarse en el sofá. Significa acción sin fricción interna. Significa que tu preparación es tan perfecta y tu mente está tan vacía de ego (“quiero ganar”, “mira qué bueno soy”, “tengo miedo a fallar”) que la acción fluye a través de ti sin obstáculos. Te conviertes en un canal, no en el origen.

Cuando te esfuerzas demasiado, te pones rígido. Te bloqueas.

  • El mejor vendedor no “intenta” vender con desesperación; conversa, ayuda y la venta sucede como consecuencia natural.
  • El mejor seductor no “intenta” ligar con trucos; es auténtico, se divierte y la atracción sucede.
  • El mejor orador no “intenta” impresionar; comparte su verdad y el aplauso sucede.

La Integración es el paso de “Hacer” (esfuerzo consciente, ego, fricción) a “Ser” (flujo, naturalidad, eficacia).

Reflexión Final:

  1. El Exceso de Ganas: ¿En qué área estás fallando precisamente porque te importa demasiado el resultado? (La ansiedad por el resultado mata el desempeño).
  2. Soltar la Cuerda: ¿Puedes confiar en tu entrenamiento y dejar que tu cuerpo haga lo que sabe hacer, sin que tu mente interfiera y micro-gestione cada movimiento?
  3. La Práctica de Hoy: Haz una tarea rutinaria (escribir un email, cocinar, limpiar) intentando aplicar el “mínimo esfuerzo consciente”. No te fuerces. No te tenses. Deja que las manos vayan solas. Deja que las palabras salgan solas. Sé el espectador de tu propia acción.