29 Diciembre: El Eterno Retorno
29 Diciembre: El Eterno Retorno
“En mi fin está mi principio.” — T.S. Eliot
Fuente/Tradición: Cosmología / Simbología
La Historia: El Uróboros
En las tumbas de los faraones egipcios, en los manuscritos alquímicos medievales, en los templos hindúes y en los grabados nórdicos de los vikingos, aparece siempre el mismo símbolo misterioso, cruzando culturas y milenios. Una serpiente (o un dragón) que se muerde su propia cola, formando un círculo perfecto. Es el Uróboros. A primera vista, parece una imagen violenta: un animal devorándose a sí mismo. Pero su significado es el contrario. No es un suicidio. Es un ciclo de regeneración eterna. El Uróboros se alimenta de sí mismo para renacer. Representa la naturaleza cíclica de la realidad, donde la muerte y la vida no son opuestos, sino fases del mismo proceso. El invierno devora al otoño, matando las hojas y helando la tierra. Pero esa muerte es necesaria para que la tierra descanse y pueda dar a luz a la primavera. La noche devora al día, pero engendra el amanecer. La materia muerta de las hojas caídas se pudre y se convierte en el abono fértil del bosque nuevo.
Nuestra mente moderna occidental, obsesionada con el “progreso lineal”, ve la vida como una línea recta. Naces -> Estudias -> Trabajas -> Te jubilas -> Mueres. Fin. Es una visión deprimente, agotadora y falsa. La visión del guerrero es circular. Cada final es un comienzo disfrazado. Cuando obtienes el cinturón negro, no “terminas” el karate. Vuelves a empezar (Shoshin), pero con una comprensión más profunda. Cuando terminas un proyecto, no te quedas vacío; el vacío crea el espacio de succión necesario para que entre la siguiente idea.
Estás a dos días de terminar este año. Estás a punto de cerrar el libro. Podrías caer en la trampa peligrosa de pensar: “Ya está. Ya he cumplido. Ya soy disciplinado. Ya puedo descansar”. Si piensas eso, estás muerto. El agua estancada se pudre en 24 horas. El Uróboros te dice: “Ahora que has llegado a la cima de la montaña, debes bajar al valle para subir la siguiente montaña, que es más alta”. La disciplina no es un trofeo que se gana una vez y se pone en la estantería para que coja polvo. Es un alimento. Tienes que comerlo a diario. Si comes hoy, no significa que no tengas que comer mañana.
La Lección:
No tengas miedo de los finales. Vivimos aterrorizados por que las cosas terminen.
- Un despido no es el fin; es el principio de tu reinvención profesional.
- Una ruptura no es el fin; es el principio de tu soledad fértil y de tu reencuentro contigo mismo.
- Terminar este libro no es el fin; es el principio de tu práctica real en el mundo salvaje, sin ruedines.
El guerrero abraza el ciclo. Sabe que tendrá que morir (simbólicamente) muchas veces en su vida. Tendrá que matar a su “yo” perezoso. Tendrá que matar a su “yo” arrogante. Tendrá que matar a su “yo” víctima. Y cada vez que una piel vieja y seca cae, una piel nueva, brillante y más resistente aparece debajo. No te aferres a la piel muerta. Déjala caer.
Reflexión Final:
- La Piel Vieja: ¿Qué identidad, hábito o creencia estás arrastrando que ya no te sirve, que te queda pequeña? ¿Qué necesitas que la serpiente devore para poder crecer?
- El Miedo al Fin: ¿Te asusta terminar cosas porque no sabes qué vendrá después? Confía en el ciclo. La naturaleza nunca deja un vacío. Después del invierno siempre viene la primavera. Siempre.
- La Práctica de Hoy: Dibuja un círculo en un papel. Escribe “Fin” y “Principio” en el mismo punto exacto del círculo. Medita sobre esto: Mañana no es el final de nada. Es el abono de lo que viene.